La bomba se encontró incrustada en el suelo a diez
metros de donde el sábado fue hallada otra del mismo modelo, de 450
kilogramos, y que también provocó una evacuación del área hasta que se
desactivó con éxito.
Ambos explosivos fueron arrojados por el ejército estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial.
La aparición de explosivos como bombas o granadas sin explotar no es extraña en Hong Kong,
dado que la ciudad fue escenario de combates entre el ejército japonés,
que tomó el territorio durante casi cuatro años, y las fuerzas aliadas
británicas y estadounidenses entre 1941 y 1945.
En 2014, la policía desactivó una bomba de guerra
que pesaba casi una tonelada, la más grande encontrada en la ciudad
hasta ahora.
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